

























































Te presento un local con algo que no se compra: alma.
Está junto a la Plaza de Oriente, a un paso de Las Piscinas Naturales, en una zona donde siempre hay vida, movimiento y proyectos que empiezan con fuerza.
Entras y lo notas.
Los techos altos, la luz natural que lo llena todo, la amplitud… Esa sensación que te hace pensar: “Aquí puedo construir algo que realmente funcione.”
La ubicación es un regalo: gente pasando todo el día, coches, familias, vecinos, turismo… Si necesitas visibilidad real, este es el sitio. Encaja para oficinas, clínicas, centros infantiles o cualquier negocio que quiera estar en el centro del día a día.
Ahora mismo tiene una decoración muy particular, estilo castillo medieval. Llama la atención, sí. Pero si tu proyecto va en otra dirección, lo cambias fácil: un vinilo blanco y el espacio se reinicia por completo. Lo importante ya está: la luz, la altura, la esquina, la energía del entorno.
Más que un local, es un lugar donde una buena idea podría despegar con mucha fuerza.